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¿Qué órganos puede dañar la hipertensión?

Según la OMS, la hipertensión es una de las causas principales de muerte prematura en el mundo. Se estima que alrededor de 1130 millones de personas padecen esta afección pero sólo 1 de cada 5 personas tiene controlada la enfermedad, lo cual a largo plazo tendrá consecuencias, como el desarrollo de diversos problemas de salud.

Cómo anteriormente lo hemos hablado, esta afección frecuente sucede cuando los niveles de la presión arterial se elevan de manera continua. 

El corazón ejerce presión sobre las arterias para que éstas conduzcan la sangre hacia los diferentes órganos del cuerpo humano. Si la presión que ejerce la sangre en las paredes arteriales es crónica, puede provocar diversos problemas de salud e incluso, la afectación de algunos órganos.

Órganos principalmente afectados 

La presión arterial alta afecta de manera silenciosa diferentes partes de nuestro cuerpo, incluso durante años, antes de que sus síntomas se manifiesten. 

Los principales órganos afectados son: 

Corazón  

La hipertensión puede causar múltiples daños cardíacos. Al afectar las arterias, se obliga al corazón a trabajar más duro para bombear la sangre al resto del cuerpo, y puede provocar dolor de pecho, ritmos cardíacos irregulares, insuficiencia cardíaca e incluso, una muerte cardíaca súbita. 

Algunas enfermedades cardíacas, relacionadas con la presión arterial, son: 


  • Enfermedad de arterias coronarias

 

Las arterias presentan dificultades para suministrar sangre al corazón, esto 

a su vez provoca diferentes afecciones como angina de pecho, arritmias y ataques cardíacos. 


  • Agrandamiento del ventrículo izquierdo 

 

Cuando el corazón trabaja más duro al bombear la sangre, se genera un engrosamiento de la cavidad inferior izquierda del corazón. 


  • Insuficiencia cardíaca 

 

La presión arterial alta, a lo largo del tiempo, hace que el músculo cardíaco se debilite y trabaje más lento, provocando fallas en el corazón. 

 

Cerebro 

El funcionamiento del cerebro depende del flujo correcto de la sangre. 

La hipertensión puede afectar al cerebro con padecimientos como: 


  • Accidente cerebrocardovascular

 

Esto ocurre cuando el cerebro no recibe el oxígeno suficiente y causa la muerte de neuronas. 


  • Demencia 

 

Al estrecharse o bloquear las arterias, se limita el flujo sanguíneo y puede provocar una demencia vascular. 

 

Riñones 

Este órgano es el encargado de filtrar toda la sangre eliminando el exceso de líquido, minerales y desechos. La hipertensión puede afectar a dicho filtrado, desembocando en una insuficiencia renal que incluso requiera diálisis.

Entre los problemas renales causados por la presión arterial alta se encuentran: 


  • Insuficiencia Renal 

 

Los daños en los vasos sanguíneos hacen que los riñones no funcionen correctamente, acumulando desechos peligrosos en el organismo. En este caso será necesario un tratamiento (diálisis o un trasplante renal) para reemplazar las funciones que el riñón hace. 


  • Glomerulosclerosis

 

En este padecimiento aparecen cicatrices en los vasos sanguíneos llamados glomérulos, incapacitando a los riñones para filtrar la orina de la sangre.

 

Ojos 

La presión arterial alta daña los diminutos vasos que suministran sangre y oxígeno a los ojos, provocando a largo plazo las siguientes afecciones: 


  • Retinopatía 

 

Este padecimiento consiste en el daño a los vasos retinianos. 


  • Coroidopatía 

 

Se genera una acumulación de líquidos debajo de la retina, afectando al nervio óptico, causando visión borrosa. 


  • Neuropatía óptica 

 

La hipertensión produce lesiones en la retina, la coroides y cabeza del nervio óptico que causa sangrado dentro del ojo y pérdida de la visión. 

 

Mientras más alta sea la presión arterial y mayor sea el tiempo en el que se le dé el tratamiento adecuado, mayores serán los daños a los órganos. 

La detección temprana de este padecimiento ayuda a modificar a tiempo el estilo de vida del paciente, siempre acompañándolo de un buen tratamiento. Reducir la hipertensión ayuda a prevenir que los órganos se dañen.

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